Las imágenes y gráficos utilizados en el diseño deben tener una resolución adecuada para la impresión. Se recomienda utilizar imágenes en alta resolución (300 DPI o más) para evitar la aparición de pixeles o bordes borrosos.

Es importante tener en cuenta el espacio de color utilizado en el diseño. Para impresiones comerciales, generalmente se utiliza el espacio de color CMYK (cian, magenta, amarillo y negro) en lugar del espacio de color RGB utilizado para visualización en pantalla. Esto garantiza una reproducción de color más precisa y evita posibles variaciones.

Si el diseño incluye elementos que se extienden hasta los bordes del papel (como fondos o imágenes), se debe agregar un área adicional llamada sangrado. Esto asegura que no haya bordes blancos no deseados una vez que se recorta el trabajo impreso. El sangrado típicamente es de alrededor de 3-5 mm.

Es fundamental seleccionar fuentes adecuadas y legibles para garantizar una buena legibilidad en la impresión. Además, es esencial asegurarse de que el tamaño de fuente utilizado sea lo suficientemente grande para que el texto sea legible.

Para imprimir, se recomienda utilizar formatos de archivo como PDF, que preservan la calidad y la integridad del diseño. Asegúrate de embeber todas las fuentes y proporcionar todos los archivos de imágenes necesarios junto con el diseño final.

Antes de enviar el trabajo final para la impresión en masa, es aconsejable solicitar una prueba de impresión para verificar la apariencia y la calidad del resultado final. Esto permite realizar ajustes o correcciones si es necesario.